El público en general concibe los medios de comunicación como un mero instrumento para estar informado. Una gran parte de este público cree que los medios son instituciones corrompidas por intereses cruzados lo que los lleva a cuestionar la veracidad o la intención de sus publicaciones. Sin duda los intereses existen, negar eso es negar la naturaleza humana, pero lo que el público no sabe es que hay dinámicas dentro de una empresa de medios que hace que exista un equilibrio donde distintas pujas internas y factores varios hacen que la información sea entregada dentro de ciertos estándares que son beneficiosos para la sociedad. En esta línea se puede ver el compromiso de un medio con la comunidad cuando propone investigaciones serias y hace de señalar actos viciados una costumbre. Un medio que expone hechos de corrupción, mala administración de los bienes públicos o hechos moralmente cuestionables de parte de los políticos que tienen cargos públicos hace un aporte enorme a una sociedad.

En la reciente iniciativa Defence Media Freedom organizada por el gobierno de Inglaterra y el de Canadá en Londres el canciller de Inglaterra Jeremy Hunt afirmo que la lucha contra la corrupción está estrechamente relacionada con un periodismo libre de ataduras y mordazas.

Según Hunt “las personas poderosas valoran su reputación y la luz de la transparencia proporciona el mejor disuasivo para las malas acciones”.

La canciller de Canadá afirmo que una prensa libre es la piedra angular de cualquier sociedad democrática.

Recientemente Transparencia Internacional informó que de los diez países menos corruptos, siete están en el top diez en el Índice Mundial de Libertad de Prensa. Como contracara de los diez países más corruptos, cuatro están en el top diez de los que menos libertad de prensa tiene. Noruega es considerado el referente en materia de libertad de expresión donde los medios han florecido gracias que tienen una sociedad abierta y una prensa libre donde se ha creado el mejor entorno para que el talento se desarrolle.

En el ranking de percepción de corrupción encontramos a Argentina en el puesto 85 sobre un total de 180. Mientras que tiene un puntaje de 40 (1 es muy corrupto y 100 implica que es íntegro.

El hecho de que estemos en la mitad más alejada a lo que definiríamos como un país virtuoso demuestra nuestra necesidad de medios de comunicación. Los necesitamos no solo por el servicio de información que ofrecen habitualmente sino como instrumento para detectar y exponer actos ilícitos que socaban las instituciones  de nuestra sociedad. Es importante que la gente lo entienda y los apoye. Es importante que se generen nuevas formas de financiar los medios de comunicación porque estos se financian principalmente con pauta del estado, lo cual es en sí cuanto menos una contradicción.